Tuve una especie de algo, de esos
algo que no se tienen dos veces en la vida, de ese tipo de algo que cuando se
acaba se acaba la vida. El también sentía ese algo, ese algo que lo frenaba de
mostrarse como era y que al momento de lograr quitar esa barrera queda sin
defensas, esa clase de algo que te provoca no poder volver a confiar en nadie
más. Fuimos algo, ni tan amigos ni tan amantes, desconozco cuan cerca o lejos
estábamos entre estos dos universos, al igual que desconozco si para el éramos
más amigos o si para mi éramos más amantes. En poco tiempo ese algo comenzó a
crecer, venga a saber Dios que lo estaba nutriendo, pero se hizo algo
inimaginable, tanto amor, tanta pasión, tanta soledad… definitivamente éramos
algo más que dos almas abandonadas y que por casualidad se encontraron en este
magnífico universo. Él se volvió mi todo… y en ese todo construimos un castillo
perfecto, donde ignorábamos nuestros defectos y en el cual solo nos amábamos,
en este castillo no existía el tiempo ni la distancia e incluso este castillo
ayudaba a no apreciar nuestras diferencias o lo correcto de lo incorrecto, sólo
nos dejábamos llevar. Pero ese castillo no podía estar ahí siempre y al momento
de salir a mi realidad parecía no ser suficiente tener ese momento de paz a su
lado, parecía que no me conformaba con sólo vivir en un castillo, yo quería
traerlo a mi realidad. Él me dio una parte de su corazón al decidir que él
quería formar parte de mi realidad, pero no puedo juzgarlo porque mi realidad
no era como la suya y después lo perdí tanto en el castillo como en la
realidad. Pero no puedo olvidar ese algo que se lleva en el pecho y que te hace
suspirar, ese algo que te quema por dentro y también te hace llorar. Desearía
reconstruir ese castillo, pero no puedo ya, irónicamente ahora que el no está
es más notable la soledad en mi realidad. Él nunca supo que ese algo no era
algo nada más, el no sospecho que fue mi todo y pese a eso lo hice marchar,
pero sólo él sabe el vació que en mi ha de habitar y qué más da si fuimos todo
o algo si en este instante nada queda ya. Y es que nadie entiende lo que algo
puede ocasionar, y es que ni yo misma entiendo la relevancia de esperar. Tuve una
especie de algo, algo que fue más allá de lo normal, esa especie de algo que
jamás debería recuperar, ese algo que no me dejaba amar y ese algo que nos hizo
terminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario